jueves, 22 de noviembre de 2018

Ego te absolvo

Recuerdo como a finales de los 60 y principios de los 70, como todos los niños del pantano, cumplíamos el obligatorio rito de los domingos de pasar por el confesionario antes de misa.

Recuerdo como la fila entre la puerta de la iglesia y el confesionario nos servía para ir haciendo memoria de los pecados de la semana. Difícil tarea para niños que como una letanía repetíamos lo mismo semana tras semana. Y es que nadie nos había explicado, o no nos dimos por aludidos, aquello del "propósito de enmienda". 

Lo mismo que aquellos chiquillos, sesudos  y "cuajaos" políticos locales  imitan hoy nuestro comportamiento infantil y el de aquella sociedad que necesitaba del rito dominical católico para continuar  pecando tranquilamente el resto de la semana.

Volviendo un pasado muy reciente y al presente, recuerdo como se nos criticó por celebrar los plenos cada tres meses como establecía la ley. Cometíamos un autentico atentado a la libertad, la democracia y la necesaria participación del pueblo en los asuntos públicos. Así que cuando llegaron al gobierno, haciendo honor a su palabra, fijaron los plenos cada dos meses.

Posiblemente ellos también pasaron por el rito católico y dejaron de cumplir su palabra con la esperanza de que en el confesionario, salón de plenos, se les perdonaría el pecado y a continuar como si nada. Y así fue. Meses y meses sin plenos a los que se llegaba solo para que se les santificara lo hecho con un orden del día repleto de "Dar cuenta".

Con un salón de plenos a favor, el perdón de confesionario fue siempre dado. El perdón "divino" no lo fue tanto ya que se perdió aquella mayoría absoluta. Pero como cuando niños, lo del propósito de enmienda no se explicó claramente y siguen pensando que entre pleno y pleno se puede seguir pecando con la esperanza puesta en la próxima confesión.

El colmo llega cuando se presentan los presupuestos de 2018 el 21 de noviembre de 2018. Si, 2018, no es un error. Esto ya no son presupuestos. Es volver al pleno a decir "en esto me he gastado el dinero, apruébenmelo y yo a seguir haciendo lo mismo."

Ahora, con un pleno en minoría habría sido bueno hacer valer el "propósito de enmienda". Habría sido el momento de decir "lo siento, vuelva usted mañana con los presupuestos del 2019 y ya veremos".

Ego te absolvo a peccatis tuis


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