miércoles, 29 de septiembre de 2010
Sindicatos y futuro I
¿Es esta la imagen que queremos dar?
La importancia y la necesidad de que existan sindicatos, y de que estos cuenten con el apoyo de los ciudadanos es mucha.
Aparecieron en la Inglaterra de la Revolución industrial. El trabajo de los niños en condiciones infrahumanas, las jornadas sin límite y sin descansos semanales, la desprotección de los trabajadores ante situaciones de desempleo o enfermedad, la total omnipotencia de los empleadores. La indigencia moral de la sociedad capitalista fue el germen de los movimientos asociacionistas de la clase proletaria.
La culminación de los sueños del proletariado de la época fue la Revolución Rusa y el establecimiento del primer país en aplicar los ideales del comunismo. Desde la óptica de entonces, el uso de la violencia para imponer un régimen que se oponía a otro que también la empleaba puede comprenderse.
Los revolucionarios de esta y de muchas de las revoluciones sociales que se han producido a lo largo de la historia han contando siempre con el apoyo de las clases a las que defendían. La violencia usada siempre se dirigía al oponente, a la clase opresora.
Pero estos sistemas comunistas solo podían perdurar en el tiempo convirtiéndose en opresores de sus propios ciudadanos. La opción de admitir al capitalismo dentro de un sistema comunista es inadmisible. La opción de admitir otra forma de gobierno se vuelve inadmisible.
Es solo cuestión de tiempo que el sistema se convierta en opresor. El ciudadano debe pensar de forma uniforme, y en caso de no hacerlo no lo puede manifestar. El uso de la violencia contra él será el pago por la disidencia.
Los movimiento sociales moderados europeos, el socialismo, la social democracia, la democracia cristiana y fundamentalmente los sindicatos europeos, han logrado conjugar en Europa la existencia de un sistema económico de corte capitalista conviviendo con el respeto a los derechos de las clases trabajadoras. Hemos logrado, con el paso del tiempo la consecución del Estado de Bienestar del que gozamos.
Un sistema que ha logrando el apoyo de todas las capas de nuestra sociedad, lo que lógicamente le ha dado estabilidad.
Asistimos, por imperativo de la globalización, al resurgimiento de un capitalismo radical que presentará las mismas connotaciones que el comunismo tuvo en la Rusia surgida de la revolución de 1917.
La falta de apoyo social en Europa de este movimiento se esta supliendo con los golpes de timón que "los mercados" están aplicando a las economías, forzando a los dirigentes políticos a tomar medidas antisociales.
Dos son las opciones de la clase trabajadora para impedir que se implante este nuevo capitalismo radical, el apoyo a opciones políticas de izquierda, y el apoyo a las organizaciones sindicales.
Las decisiones que los gobiernos están tomando son comunes a todos los países, con gobiernos de derechas o de izquierdas. Lógicamente en un partido de izquierdas es menos comprensible y decepciona más a sus bases de votantes.
Pero, ¿y los sindicatos?. ¿Cual va a ser su papel en el futuro?. Está claro que fundamental como contrapeso de la tendencia a la radicalización del sistema capitalista.
Pero está claro que para liderar a los ciudadanos deberán buscar el apoyo de éstos.
El nuevo capitalismo, representando por algunas medios de comunicación y políticos de la derecha se han dedicado últimamente a desprestigiarlos. ¿Y algunos de los piquetes de hoy?
Las imágenes de televisión me han preocupado y mucho. La actitud de los que han recorrido mi pueblo hoy me ha preocupado más.
Los piquetes deben ejercer la labor de informar sobre la huelga y los derechos de los trabajadores, pero también deben dar cobertura a aquellos trabajadores que no pueden ejercer su derecho por las presiones de los empleadores.
Hay que repudiar a todos aquellos que, ejerciendo cualquier clase de fuerza, impiden el ejercicio de cualquier derecho, y en este caso el de huelga. De igual manera, hay que repudiar a todos aquellos que, ejerciendo cualquier clase de fuerza, impiden el ejercicio de cualquier derecho, y en este caso al trabajo o la libre circulación.
El empleo de la amenaza preventiva con el fin de infundir miedo, o la violencia ejercida contra los medios de vida de pequeños autónomos, o la violencia contra trabajadores que han decidido libremente trabajar, no creo que sea la mejor manera de liderar precisamente a esa clase, de donde debe nacer el apoyo a los sindicatos.
Creo que va siendo hora de reflexionar seriamente sobre el papel que los sindicatos deben tener en el futuro, y de las actitudes que deben tomar en el presente.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Carta abierta a Pedro Sánchez
Estimado compañero, tengo que reconocer que la primera impresión que me dio tu decisión de plantearte la dimisión fue la de pensar que, ot...
-
Estimado compañero, tengo que reconocer que la primera impresión que me dio tu decisión de plantearte la dimisión fue la de pensar que, ot...
-
La intolerancia es en sí misma una forma de violencia y un obstáculo para el crecimiento de un verdadero espíritu democrático. Mahatma Gandh...
-
Oír, ver y callar. Esta frase la escuche infinidad de veces de mis padres. No se debía hablar de ciertas cosas, y además, tampoco decir to...
Me siento partidario del texto y me uno a tus ideas. Gracias por este escrito al que me adhiero firmemente.
ResponderEliminarSinceramente, me parece un excelente análisis de la evolución de los últimos tiempos. No obstante, como bien te preguntas, nos cuestionamos cual ha de ser el papel de los sindicatos en el futuro. Pero también de los políticos. El mundo ha dejado de ser localista para globalizarse. Pero curiosamente, solo se ha globalizado el mercado, los países ricos se han hecho más ricos y los pobres más pobres, salvo los que han dejado entrar a las multinacionales a explotar a sus ciudadanos y han facilitado la legislación para ello.
ResponderEliminarLa cuestión anda en qué han de hacer los políticos y los sindicatos… Sea lo que fuere no pueden desprenderse de una visión globalizadora de la lucha por la justicia social, por la igualdad y la equidad entre los pueblos y su gente, por cargar el progreso bajo el concepto de desarrollo humanista y no materialista exclusivamente. Si los políticos y sindicalistas se miran el ombligo con la miopía propia del que no ve el horizonte, las multinacionales sabrá hacer y deshacer tras ese horizonte para dejarlo todo a su medidita.
Un abrazo