Los cambios, sobre todo los políticos, no se producen porque los dirigentes se levanten un día con un nuevo concepto de sociedad. La idea del cambio y el proyecto de cambio no es suyo sino que los arrastra una creciente presión social.
Los movimientos sindicales de la Revolución industrial, el mayo francés, los movimientos sociales del bloque comunista o los últimos que se están produciendo en el mundo árabe son ejemplos claros.
Todos ellos provocaron, o están provocando cambios en los estados donde se producen y en los cercanos física o ideológicamente.
Todos estos movimientos surgieron no como una idea política con intención de gobierno sino como contestación a un sistema que se les volvía insoportable. No surge como un movimiento organizado sino como un sentimiento de solidaridad entre personas, de compartir la necesidad de cambiar.
El PSOE se encuentra ahora mismo en esa situación.
El PSOE tiene en su historia reciente dos ejemplos claros de que sus congresos, los del cambio, han sido fundamentales en sus victorias electorales, y que estas se producen por su cercanía al pensamiento del electorado.
En Suresnes había dos opciones, Rodolfo LLopis, exiliado y con un concepto marxista del socialismo, y el grupo de los sevillanos-Felipe, Guerra y Chaves- con una concepción más socialdemocrata y prepara para el futuro que llegaría con la muerte del dictador. La imagen del socialismo en España cambió y el partido se proyectó hacia adelante.
Semejante, aunque en otro contexto, surge el liderazgo de Rodríguez Zapatero. Una nueva corriente, una imagen joven y más dinámica que la que presentaban Borrell, Almunia o Bono, todos excelentes políticos, se impone en el 34 congreso y nuevamente el PSOE alcanza el gobierno, colocando el que, a mi parecer, ha sido el segundo mejor presidente de la democracia española.
El 38 congreso surge con la necesidad de un cambio, forzado no solo por las bases del partido sino también por la base votante del partido.
Otra vez el PSOE debe decidir entre dos grandes políticos y buenos socialistas. Pero lo cortés no quita lo valiente y toca hablar de presente y de futuro.
Viendo la historia tengo claro que Rubalcaba es presente y Carme Chacón puede ser futuro.
Pero independientemente de mi opción personal, y la cada uno de los militantes socialistas, el congreso de Sevilla debe servir para que gane el PSOE.
sábado, 4 de febrero de 2012
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