jueves, 29 de julio de 2010

¿Por qué no te callas?


Al entrar en política sabes que te expones a la crítica y al comentario, tanto de los que te conocen como de aquellos que no saben nada de ti.
Creo que no podía empezar mejor este blog que con la frase de Epíteto.
El problema es que mientras la crítica, y sobre todo la que debe hacerme reír, se difunde de forma rápida y veloz, mi risa solo la oigo yo y unos pocos allegados.
Crear un blog con la intención de contestar a las habladurías no va a conseguir que las difamaciones, los infundios y los ataques personales lleguen al mismo número de personas.
Cuentan de una persona que, por rencor, se dedicó a hacer correr un rumor falso que llegó a afectar gravemente a la persona difamada.
Arrepentido por lo que había hecho se fue a confesar y el cura le puso como penitencia que volviese a su casa, cojiese una almohada de plumas, se subiese al tejado y esparciera las plumas. Tambien le pidió que cuando lo hubiese hecho volviera al confesionario.
Al regresar al confesionario, el cura le pidió que volviese y recogiese todas las plumas, a lo que esta persona le contestó que eso era imposible ya que se habían esparcido por todas partes.
El cura le reprocho que al igual que no le era posible recoger las plumas, tampoco era posible acallar las difamaciones que habia esparcido por todas partes.
A mas de uno habria que decirle aquello de ¿ Por qué no te callas?

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