viernes, 26 de abril de 2024

Carta abierta a Pedro Sánchez

 

Estimado compañero, tengo que reconocer que la primera impresión que me dio tu decisión de plantearte la dimisión fue la de pensar que, otra vez, estábamos ante una de tus muy inteligentes maniobras políticas. Que acababas de forzar el cambio de discurso a los perros de presa mediáticos y políticos que tenían por delante días y días de tertulias a tu costa y al de tu familia. Días y días de juicio mediático. Poco les iba a importar ni quien ha puesto la denuncia ni que recorrido tendría. Para ellos, una pieza mordida no se suelta por una cuestión de ética. 

Y si es cuestión de ética  era de esperar que los contrincantes políticos , la derecha y ultra derecha, no fuesen a usar para beneficio propio esa ola de mierda a la que nunca les ha importado subirse. Tienen ya el olfato acostumbrado.
No era de esperar un poquito de empatía por parte ni de políticos ni de tertulianos bien aleccionados como se ha demostrado en el día de hoy.

Lo conseguiste. Hoy el tema eres tu, no tu familia.

Pensé que el órdago era muy grande, demasiado, como para ir de farol y que tal vez estaba todo meditado para provocar una explosión controlada de la legislatura.

Pero creo que me confundí. Ahora, con más tiempo para meditar he podido recordar que has sido el presidente con el que nuestro país más ha cambiado. Se crea empleo con condiciones económicas que hace unos años era impensable. Se protege más que nunca  las personas,  a los trabajadores y a las empresas. Nuestra economía crece más que la alemana. Se está cambiando el modelo productivo de nuestro país. Tenemos más peso internacional. 
Y ante todo esto, que son datos, ¿tu que recibes?

Insultos y pitidos cuando llegas a actos públicos como el desfile de las fuerzas armadas y que las derechas lo alienten y lo justifiquen.
Acusaciones de presidente ilegítimo y felón por quienes debían mostrar más educación que nadie.
Que se te deshumanice llamándote perro, o se te menosprecie llamándote hijo de puta en sede parlamentaría.
Que se te acuse de que todo lo que haces es por mantener un sillón que no te corresponde. Y que te lo digan aquellos que salivan soñando con el día que te vayas para aposentarse ellos. Como si su culo tuviera un derecho divino que no se te concedió a ti.

Que se apalee un muñeco con tu figura por derechistas o se ataque las sedes sin la más mínima condena por los adversarios políticos.

Y encima, y créeme que te  entiendo, tener que soportar por obligación y responsabilidad las caras y las palabras de toda esta caterva  día a día sin tener ni pizca de ganas. No ver la hora de salir de esa obligación y poder refugiarse en la familia y los amigos.

Saber que ese olor fétido acaba llegando a tu casa, que lo tienen que oler tu mujer, tus hijas y todos los que te rodean en la intimidad. Y que mañana otra vez.

Y puede uno aguantar por responsabilidad. Porque  es a ti a quien atacan y eres tu el que decidió esto. Pero ahora, como no han podido contigo ha ido a por tu familia.

Y si, puede que sea el momento de pensar si merece la pena. Y puede que sea el momento de decir que no, que así no merece la pena. Y puede que haya  llegado el momento en que valientemente, aunque ellos dirán que es cobardía, se da el paso al frente y se dice hasta aquí. 


Como español debo pedirte que te quedes. Como socialista, que sigas. Como persona, que aciertes en tu decisión y pienses en tu felicidad y en la tu familia.

Como socialista, desearte la mayor de las suertes y que  tanto si continuas al frente del gobierno como si no, aquí tienes un compañero que te apoya.

Y sobre todo, gracias.

Carta abierta a Pedro Sánchez

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